Poemas

Hablando con el sol

Con el permiso del sol,
Quiero escribirle a luna,
Hablar de su color de piel,
Brillante como la plata.
Y nada se compara con ese color escarlata…
Quiero hablar de su estancia
De enigmático romanticismo,
Que penetra mis pupilas y mis sentidos,
De su refugio que a veces es el mío.
Que me hace falta, aunque a su lado siempre hace frio.
Quiero pedir permiso al sol,
Porque la luna tiene un brillo único,
Resplandece en la noche,
Para que mis poemas toquen su cercanía.
Que aun ella no lo sepa, su estancia es mía.    
Con el permiso del sol,
Quiero decirle que sus vestidos,
Transforman el sentido de mis letras,
Que cuando ella no apareceré.
Todo parece perder sentido…
Mis poemas quieren caminar conmigo.
Mis versos pierden toda su libertad,
Que mi mente se pierde en dos pensamientos,
Ausencia y tristeza. Es que necesito que el sol sepa.
Que a pesar de los años ella conserva su belleza.

 

Poemas

Dios en cada despertar

Un despertar la mañana trae un dulce sabor de un ayer que se quedo dormido. La tranquilidad de esta estancia mantiene al rocío mañanero inmóvil.
El sol aún no se asoma y la claridad de la luna aún persiste, como el amante que no quiere despedirse de su amada. Mientras tanto espero me acompaña un café, mi pero y este poema.
Hoy es diferente. Se respira un dulce viento y hasta mi terraza llega el olor a leña quedada. Seguido por el olor a pan recién cocido.  Y por un instante mi café calienta mis manos. Como quien dice que estoy para hacerte compañía.
Detrás del franboyan aparece el sol lentamente, con una sonrisa en sus labios.  El rocio se despide de la hierva, le brinda un último beso y le deja la humedad de sus recuerdos corriendo por columna vertebral.
Hoy es un buen día. Para amar, para pedirle a Dios un milagro. Para dormir en sus brazos y descansar las penas y dejar que todo el dolor lo calme con su gracia y pedirle que por su misericordia nos dé más días como este.  Para sentirlo tan cerca como hoy.