Devocionales

Nuestra Pelea

“Hoy, el conflicto es espiritual y la Guerra se desarrolla en nuestro Corazón: el núcleo de nuestro ser como centro de intelecto, emoción y voluntad. El enemigo quiere capturar nuestro afecto, dirigir nuestros planes. Busca destruirnos a nosotros y nuestras familias. Y si perdemos la guerra, no solo perderemos terreno estratégico, si no que ayudaremos al enemigo“ Bill Perkins
Se nos está vendiendo la idea de que no existe una verdad absoluta, y mucha gente en el mundo la está comprando. El enemigo tiene un bombardeo constante de una propagando que nos llama ser pasivo y nos está llenando de un individualismo que no tiene comparación. La vida nos está transcurriendo y vemos como en el mundo crece la insensibilidad, la amargura, la maldad y la moral desaparece del medio que nos desenvolvemos. Y de los medios de comunicación masivos.
Pedro nos dice que tengamos cuidado (1 Pedro 5:8). Y en 2 Corintios 11:12-15. Se nos habla de cómo actuaran y actúan estas criaturas del mal. Esta propaganda no es nueva nuestro Dios nos da un aviso en estos versículos de segunda de corintios. Los enemigos entraran en nuestro medio ambiente y trataran de contaminar ese medio ambiente que fue creado, para nosotros con el sacrificio de Jesús en la Cruz. De tal forma que mediante al sentido de culpa que pongan en nuestro corazón, empiecen a controlar lo que pensamos y luego como actuamos. Para que así podamos ignorar la batalla que se está librando ante nosotros. Nos hacen perder de vista el camino, que es tan nuestro y que tanto costo: El Camino de la Salvación.
Nuestro llamado a ser verdaderos guerreros de la Luz, no ha sido un llamado simple y para que no actuemos pasivamente. Ha sido un llamado para romper rocas y sembrar semilla de vida donde no había vida. Ha sido un llamado de lucha interna. Para que podamos confeccionar nuestros pensamientos de la forma que Dios nos envió a confeccionarlos y usarlos(Filipenses 4:8). Esto es lo que nuestro padre quiere que pensemos y nos dice porque debemos de pensar en esto. (Filipenses 4:9) Porque el así fue que nos enseño.
Dios implanto en nosotros un sentido de victoria. Una sed para la competencia y no de deportes, si no una sed que nos lleva a terreno de batalla donde se juegan nuestras vidas, la eternidad que se nos prometió, y nuestra Fe en Dios. Esto es lo que está en juego. y se tienen que transformar nuestros instintos de guerra y defensa. Ya no somos esos tigres con garras, ni mucho menos leones que defienden su territorio y sus críos. Nos hemos estado convirtiendo en animales de circo, para el entretenimiento de los demonios que nos azotan con sus látigos.
Nuestras batallas y nuestra guerra tenemos que pelearla como iglesia. Así como David gano muchas batallas para Jehová, Dios. David no lo hizo solo. (2 Daniel 23:8) nosotros somos ese ejército que comprendió lo que estaba en juego y dio el todo por el todo hasta que vieron desaparecidos a los filisteos.
La vida cristiana además de ser una vida de alanzas, de oraciones y de comunión con Dios. Es también por orden de nuestro creador y de nuestro salvador, una vida que debe de enfrentar la realidad de nuestro pacto. Nuestro padre nos dio las armas para luchar. Nos dio armadura para protegernos. Y nos dio lo más preciado para nuestra salvación. La sangre de su único hijo.
A este acto le debemos honra, honor, gracia, y gloria. Es algo que nos debe mantener siempre alerta y dispuesta a echar la palea. Porque nuestro deber ser permanente. Y debemos recordar que lo que nos dijo el apóstol Pablo en (2 corintios 4:7-12) en esto es que tenemos que tener nuestro pensamiento, y saber que Dios nunca nos abandona y siempre estará a nuestro lado sin importar cual sea nuestro estado o condición. Por eso debemos de luchar y pelear.

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